España es graciosa. Es sabido por todos,
el “Spain is different”, ya sabéis. El Fary, Noche de Fiesta...esas cosas
cutres que nos caracterizan.
Aquí, con el salero que tenemos, las cosas
se hacen así, con gracia. Impera el “si cuela, cuela” (como en los tipo test). Y
de esta forma se preparan reformas de la Constitución (¡¡la intocable!!) en una
tarde; se aprueban leyes que no se van a poder llevar a cabo (la demostración
de la ineficacia de la Ley Sinde de David Bravo con #tablasinde fue sublime - David Bravo en el Festival de San Sebastián); se
cambia el Plan de Estudios a algo que no se sabe bien qué es (ni siquiera lo
saben los propios docentes); se adelantan las elecciones democráticas al aniversario de la muerte de Franco; los imputados por corrupción siguen en listas y si dimiten, es por dignos; los recortes se hacen en educación y en sanidad y
no, por poner un ejemplo fácil, en publicidad institucional; se adoptan medidas
que vuelven a su estado anterior a los 3 meses (si lo hicieron con pegatinas es
que ya pensaban que poco iba a durar); se hace una copia mala de Cheers; y un
largo etcétera que hace que tu humor español aumente exponencialmente.
Pero a veces salen chistes malos, claro.
Ya pasó con los eurodiputados, cuando votaron para seguir viajando en 1ª clase
a gastos cubiertos. Es pura matemática, ya que “salía más barato que si
viajaban en clase turista” (quizá no lo entiendas, pero es la gracia española).
El problema es que no coló, y tuvieron que rectificar y echar para atrás. En el
caso de rtve, ha pasado igual. Resulta que son los Consejeros los que obran por
cuenta propia. Resulta que las abstenciones del PSOE y los sindicatos son
siempre un error. Resulta que las proposiciones del PP son meras sugerencias.
Pues va a resultar que esta vez tampoco ha colado.
Por si hay despistados, el Consejo de Administración
de RTVE tomó ayer la decisión de acceder al sistema informático de la Redacción
de TVE. Es decir, de valorar los contenidos de los informativos. De decidir si
esos “contenidos” lo serían o no alguna vez. Es gracioso ver cómo este país se
pone las manos en la cabeza por la censura innegable de China con Internet, de
EEUU hasta con los dibujos y los malditos pitos en las canciones cuando dicen
el inofensivo fuck, o del mismo
Gadafi hace escasos meses en plenas revueltas; y aquí los órganos directivos del Estado
pretenden tener un control directo de las noticias de nuestra cadena pública,
pero eso no es censura. ¿Es para partirse o no? Más gracioso aún es que digan
que no había intención de interferir en el trabajo de los periodistas. ¿Y puede
alguien explicar cuál es el fin entonces de la intrusión si no la de controlar
qué y cómo se emite?
Y ahora retroceden, nadie está de
acuerdo con la medida y no hay forma humana de explicarse cómo fue aprobada si
todos la repudian. Ooooole, de nuevo, el gracejo español.
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